

La segunda guerra mundial comenzó y sus efectos se sintieron en todos los ámbitos. Primero en Europa y luego en EEUU.
En Europa las principales casas francesas dejaron de exportar los materiales para diseñar prendas y accesorios. De esta forma, Estados Unidos se vio obligado a generar sus propios diseños y por primera vez en ese país la industria de la moda dependió de sus propios recursos.
Más tarde, con la entrada de Estados Unidos al mayor conflicto bélico del siglo, la industria, incluida la de la moda, quedó controlada por el gobierno. La vestimenta respetaba diseños para atender a las demandas de un país en guerra.
La moda reflejó la crisis y la desesperanza: los tejidos eran de baja calidad; las mujeres se vestían uniformadas con trajes de chaqueta planos y simples. Se popularizaron las prendas con doble uso que, por medio de accesorios, se podían utilizar tanto para el trabajo como para una salida en la noche.
Los trajes de hombres dejaron de ser de cuatro piezas (chaleco, saco y dos pares de pantalones) y se redujeron a un pantalón y un saco. Para las mujeres se impuso un estilo sencillo, nada extravagante y pocos accesorios. En esta década, mezclar y combinar prendas para sacarles el máximo provecho pasó a ser la norma a la hora de vestir.
Como forma de respeto al hombre que estaba en la guerra, la mujer recurrió a un estilo conservador. El largo de las faldas y los vestidos cubría las rodillas. Los Pantys (medias) empezaron a comercializarse, aunque aún no eran de uso masivo. Para la cabeza, la moda era recurrir a gorritos diminutos, muy sencillos o simplemente pañuelos.
Christian Dior, quien junto a Pierre Balmain y Hubert Givenchy era uno de los diseñadores más conocidos de esta década, cierra los 40 con el regreso al glamour y la moda de la postguerra. En 1947 lanzó una colección que más tarde la prensa popularizó como el NEW LOOK, estilo que tuvo su máximo auge en los 50.
La influencia de la guerra en la vida de los músicos y sobre todo las ansias de innovación de los más jóvenes contribuirían a una profunda renovación del jazz.
El club Minton´s Playhouse sería la cuna de un nuevo estilo, el bebop, que tiene en Charlie Parker y Dizzy Gillespie a sus líderes indiscutibles. Los músicos de jazz ya no encontraban en el mundo del espectáculo el lugar adecuado para expresar su talento, simplificando las cosas, si Louis Armstrong representó en su momento la toma de conciencia del solista dentro de las formaciones del jazz, los bopper representaron una toma de conciencia mucho más amplia, se trata de volver a los orígenes, de reinterpretar y reescribir la tradición mediante la exploración de nuevas armonías, la ampliación de los registros sonoros y explotar todas las posibilidades de los ritmos y los tempos a la vez.
Entre los nuevos músicos Thelonius Monk sería uno de los primeros en adaptar el piano al bebop, igual harían Charles Mingus con el contrabajo y Miles Davis con la trompeta entre otros muchos.
La escena del jazz de la segunda mitad de los años cuarenta era un auténtico hervidero, pues, ante el nacimiento del bebop, los representantes de la tradición trataron de revitalizar el estilo de Nueva Orleans, a la vez que la música afrocuabana, instalada en Nueva York, se adueñó de buena parte de

Fue también la época del gran triunfo de la cantante Ella Fitzgerald, con unos recursos técnicos incomparables como el "scat", forma vocal basada en sílabas onomatopéyicas (ya utilizada por Louis Armstrong) que permite competir con la improvisación instrumental. Junto a ella destacaron como las más grandes figuras del jazz vocal Billlie Holiday, con un estilo más intimista y Sarah Vaughan, la cantante más emblemática del bebop.
Además de los clásicos como Armstrong, Basie o Ellington y de los modernos Parker y Gillespie, el rhythm and blues vivía un momento de esplendor con la aparición de figuras como Ray Charles, Etta James o Chuk Berry. Incluso parecía que algo empezaba a cambiar en la política estadounidense, surgiendo las primeras emisoras radiofónicas destinadas al público afroamericano y desterrando etiquetas como la de "race records" que se habían destinado a esta música.
La presencia del jazz se remonta al siglo XIX pero es en el XX cuando irrumpe en la escena nacional con una fuerza predominante.
Las influencias vienen de varias partes, del Caribe y de Nueva Orleáns, de los ancestros negros que traen los tambores batá, mezclados con el son y la rumba, géneros que nacieron en Cuba.
La primera jazz band cubana se llamó los "Hermanos Castros" y en la década del 30 Cuba exhibe todo el esplendor de su música donde el jazz está presente.
En 1932, Armando Romeu organiza su primera jazz band, inspirado en Duke Ellington y Fletcher Henderson y ya en los comienzos de la década del 40 se puede hablar del tremendo éxito de la música afrocubana.
Miguelito Valdés y su famoso Babalúa Ayé hacen furor en Nueva York y en 1937 se formó la primera jazz band que fusionaba el jazz con los ritmos afrocubanos que se conoció en el mundo del arte como Machito y sus Afrocubans, que fuera renombrada por Dizzy Gillespie al incluir en su banda al percusionista Chano Pozo., el creador del Blen Blen, Parampin, Timbero, La Timba es mía y su famosa Manteca
La Habana no se queda rezagada pues renacían jazz bands por doquier tales como "Bellamar" con Armando Romeu al frente, quien fuera contratado mucho después por el Cabaret Tropicana.
Por estos tiempos, era frecuente observar la presencia de grandes artistas norteamericanos en la Habana, tales como: Cab Calloway, Woddy Herman, Tommy Dorsey, Nat King Cole, Sara Vaugahan, Tony Martín, Benny Guoodman y Frank Sinatra.
El radioteatro se impondría como género dramático de masas, hasta la difusión de la televisión dos décadas después, convocando principalmente al público femenino, con obras de Abel Santa Cruz, Nené Cascallar y María del Carmen Martínez Paiva, entre otros. Entre los actores y actrices se destacaron Oscar Casco, Hilda Bernard, Susy Kent, Rosa Rosen, Jorge Salcedo, Julia Sandoval. Eva Perón también se hizo ampliamente conocida como Eva Duarte, por su actuació

También fueron de gran importancia los programas humorísticos, como los de Niní Marshall, quien debutó en 1940 con sus personajes de Cándida y Catita, que serían prohibidos en 1943, con el argumento de que hablaban en un castellano inadecuado. En 1944, Luis Sandrini representó en radio por primera vez a su personaje Felipe, que se volvería famoso y persistiría varias décadas. Otros actores cómicos de la década fueron Tincho Zabala, Pepe Arias, el dúo Buono–Striano, Juan Carlos Mareco "Pinocho" y Pepe Iglesias "El Zorro".
Entre los programas musicales, se destacaba El fogón de los arrieros, de música folclórica, puesto al aire en 1937 y dirigido por
EL CINE:
Al inicio de la década de los 40, el mundo empezaba a alistarse para la guerra y la industria cinematográfica cumplió un papel fundamental en el proceso de preparar a la gente, realizar propaganda, difundir noticias, producir documentales y servir como medio para difundir moral y principios.
En 1940 Alfred Hitchcock, quien recientemente había migrado a América, dirigió Foreign Correspondent, una película que termina con una súplica a Estados Unidos para que reconozca que los Nazis son una amenaza muy peligrosa en Europa y que ellos deben involucrarse con la causa.
En 1940 Charlie Chaplin protagonizó y dirigió su primera película hablada El Gran Dictador, (The Great Dictator), una historia de guerra anti-fascista y satírica.
La mejor película bélica de la época y de todos los tiempos fue sin duda Casablanca,1942, dirigida por Michael Curtiz, que cuenta la romántica historia entre Rick, un desilusionado dueño de un club nocturno, interpretado por Humphrey Bogart, y la hermosa Ilsa, interpretada por Ingrid Bergman. En esta película, ganadora del Oscar a la Mejor Película, Bogart alcanzó la gloria, aunque su papel reflejara la neutralidad americana de antes de la guerra con la famosa frase "I stick my neck out for nobody".Para el final de la Segunda Guerra Mundial, el género que se asoció más con las películas de Hollywood fue el Film Noir, un género que reflejaba cómo podría sentirse el mundo durante y después de la guerra. El ensombrecido panorama que tenía la gente y el pesimismo fue el sello inconfundible de las películas de esos años.
Si bien Alemania sufrió la mayor cantidad de bajas militares, fue la URSS la que sufrió el mayor número de bajas civiles. América no fue escenario de enfrentamientos significativos y los estados latinoamericanos estuvieron al margen de la confrontación, aun cuando de manera oficial

EEUU y la URSS se convirtieron en las nuevas y únicas potencias del mundo. Todas las demás antiguas potencias pasaron a un segundo nivel.
La Sociedad de Naciones fue reemplazada por la ONU, que a diferencia de la anterior tuvo su sede en Nueva York y no en Europa.
En 1948, se estableció formalmente el estado de Israel gracias al respaldo de Gran Bretaña y los EEUU. Esta nueva nación estaba conformada netamente de población judía, que en su mayoría era proveniente de Europa, donde habían sufrido persecución por parte de los nazis.

Las dos fuerzas principales de China que lucharon contra Japón, que fue su enemigo común durante la guerra, se vieron enfrentadas poco después en una guerra civil por el control del territorio. El bando comunista se vio apoyado decididamente por la URSS y el bando nacionalista en apariencia respaldado por EE. UU. fue derrotado y obligado a recluirse en la isla de Formosa (actual Taiwán).
La India consiguió su independencia a través de la revolución pacifista de Mohandas Gandhi.
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